lunes, 16 de febrero de 2009



Y mirando el viejo anillo, mientras camino por Merced para sentarme un rato en el Forestal, me doy cuenta que jamás volverás...

(Ahora que lo pienso, quizás si dibujo unas alas, puede que te alcanze)


jueves, 5 de febrero de 2009

Y Ajam...


Prendo el último cigarro del día, mientras miro por mi balcón la ciudad llena de luces.
Pienso en el día, en lo que hice, hablé, pensé, etc. Repasemos:
En la mañana, providencia, de compras, unos pocos regaloneos. Volví a la casa, almorzé, fui a buscar a "la Blue", mi guitarra. Volví, revise unas cosas, dibujé, escribí, llegó mi mejor amiga que no había visto hace tiempo, hablamos, fuimos al super, tuvo un muy mal rato y la apoyé como siempre. Sonó mi celular, era de Tongoy, la pelea se hizo presente, quedé mas bajoniada. Me hundí en mis palabras, en mis dibujos y en mi guitarra, sonó de nuevo mi celular, era de Peñaflor, con un tono pesado, que después se convierte en tono de tranquilidad, me molesto, me da pena, me da rabia, le corto, vuelvo frente al notebook, me alcanzo a sentar 5 minutos, voy a mi pieza, saco la cajetilla, el encendedor, vuelvo al living, pongo música, abro el ventanal, salgo con el vestido rojo, enciendo el cigarro, empiezo a mirar, pienso, repaso, y dos lágrimas de sal, como la canción, recorren mi cara, agotada de todo, y sin ganas de nada.
Y si, a veces me dan ganas de mandar todo al carajo. Pero no puedo, mai gosh, simplemente no puedo...

miércoles, 4 de febrero de 2009

Altazor


“Andaba sola por Santiago Centro, para variar con cámara en mano, en esos barrios donde puedo ir mil veces en la semana, pero nunca me aburro de encontrar algo nuevo o maravillarme con algo viejo. Estaba simulando trabajar cuando en verdad vine a buscar un poquito de relajo, alejarme de lo cotidiano y, como dije allá arriba, buscar algo nuevo. Y lo encontré.
Vi esa librería por primera vez. Esperé unos minutos afuera, en la vitrina, mirando libros de literatura y cine. Decidí entrar porfin, el dueño, con sus veintitantos encima, lentes, con un aire a bohemio, me saluda con un “Buenas tardes”, le contesto y me hundo en esos miles de libros, usados, nuevos, para todos los gustos.
Llegue a la sección “Poesia” y me detuve harto rato, leyendo los titulos de los libros, cuando me re-encontré con Vicente Garcia Huidobro y su libro que perdí hace muchos años. Fue en Valparaíso, y lo lleve, pues siempre me gustó leer en un rinconcito de la casa, donde había una ventana que daba al mar. Juré haberlo metido en mi mochila, pero al llegar a Santiago, ya no estaba.
Lo tomé, lo miré, “Altazor” decía. Lo abri, vi la imagen del paracaídas que esta en la portada y lei un poco del prologo. “Y reveló que era un un ángel salvaje que cayó una mañana en su poema Altazor”.
No lo pensé dos veces, me diriji a la caja y lo compré. Di las gracias, me despedí , Sali de la librería y me fui caminando por Lastarria, con el libro entre mis brazos.
En el metro de vuelta a mi casa, me fui leyendo el libro. Fue volver a sentir esos ratos felices frente a la ventana en Valparaiso, hundiendome en las palabras de Huidobro, pero esta vez en Santiago y ahora si que no lo volveré a perder. Lo juro.”

lunes, 2 de febrero de 2009

Volver atrás


Recuerdo que miraba por la ventana como llovia, muy fuerte... No había casi nadie en la calle, y no me atreví mirarte a los ojos. Apenas tomé de mi capuccino, solo trataba de oir la música de fondo y como las gotas de lluvia golpeaban el suelo.

"Algo se detuvo en punto muerto Y fue tan grande ese silencio, fue tan grande el desamor Restos de un navío que encallaba Yo te quise, yo te amaba No se bien lo qué pasó..."

Dos minutos antes, duras palabras salieron de tu boca, y dos minutos después el mundo se me caía a pedasos. Traté de no llorar, quería que vieras que era fuerte, pero por dentro sentía una fuerte presión en mi pecho...
"Cuando los jazmines no perfuman Cuando sólo vemos bruma Cuando el cuento terminó..."

Sentía que me mirabas, siempre sabía cuando lo hacias. Pero yo no era capaz de hacerlo, no podía mirarte después de lo que nos habías dicho, era dificil...solo miraba como llovia.
"Todo nos parece intranscendente No es cuestión de edad o de suerte De esto se trata el amor Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad A toda velocidad ..."

Me tomaste de la mano... y me dijiste que todo estaría bien, que solo sería un viaje muy largo y que en algún momento, nos volveríamos a ver.
"Veo tus pupilas descubriendo algún Chagall En el invierno, creo del '83 Yo estoy a tu lado revolviendo, ordenando libros viejos que leí pero olvidé Besos de tu madre en el teléfono Y la lluvia es un espejo que me ayuda a verte bien Oigo tu sonrisa que ilumina el estudio y la cocina Entre las copas y el café..."

Te miré, y te respondí que lo sabía. Que siempre te iba a tener cerca, pese a todo...
"Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad A toda velocidad ... Sabe amargo el licor de las cosas queridas Se acabó lo mejor, ¿quién nos quita esta herida? Tu me pierdes a mí yo te doy por perdida..."

Nos levantamos, apenas probé mi capuccino... Fito terminaba su canción. Me tomaste de la mano, me abrazaste y me prometiste que todo estaba bien...todo iba a estar bien.
"Es la hora de huir, la despedida, La despedida ... Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad A toda velocidad."

Y todo esto pensé al volver, cuatro años después, a ese café.