lunes, 22 de junio de 2009

Cambio de casa

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Adios

viernes, 3 de abril de 2009

Se nos fué un ángel.


Hoy viernes tres de abril, después de dar la pelea tres meses, se nos fué Felipe Cruzat. Esperó mucho tiempo por un corazón que le devolviera su vida, su infancia, pero nunca llegó. Puso en tapete el tema de donación de orgános, es dificil para una familia quizás hacerlo, nadie dice que no, pero si se puede entregar vida y pensar que una parte de tu ser querido está ayudando a otro ser humano a vivir, creo que es lo más hermoso que puede pasar.

Personalmente, admito que no pude evitar emocionarme, soy mamá, el solo pensar en no tener a mi hijo cerca me da angustia, me imagino como estará su familia, que estuvo al pie del cañon todo este tiempo y se han ganado mi respeto y mi admiración.

Solo queda esperar que Dios lo tenga junto a él, que esté bien descansando en paz, y como lei en el diario hace un rato "Dios le entregará un corazón eterno que vivirá con nosotros".

martes, 17 de marzo de 2009

Y paf!



Ya me imagino como serás, ya quiero ver ese brillito en tus ojos que una vez encontré en mi angelito de casi tres años...Ahora Dios me bendice con otro de sus ángeles para que lo cuide y me entregue momentos tan dulces como ya he experimentado.

A veces te canto o te hablo esperando que me oigas, que te sientas bien ahí dentro, protejida (o), acaricio mi vientre que aun no muestra señales de que estás aquí, por ahora. Espero deseosa volver a ese cuartito y verte una vez más en la pantalla, como si fuera una pelicula, y saber que estás bien.

Sin lugar a duda llegaste para cambiar mi mundo, para alegrarlo, para hacerlo aún más dulce y maravilloso ... Llegaste para quedarte y feliz, una vez más, de recibir otro angelito en mi vida.

(Imagen de Montse Martin "Babymami")

jueves, 12 de marzo de 2009

Olor a chocolate.


Hace años que no sentía tan maravilloso olor. El chocolate se encuentra en varios lugares y todos tienen una caracteristica distinta, pero ese olor en partícular me llevaba a mi niñez, a mis años en Seminario en la casa de mis abuelos y en esos bellos recuerdos que quedan en fotografías.
Fué caminando por Barrio Paris, buscando algo específico, hacia un calor horrible y eso que ya es Marzo. Aún quedan esas tiendas antiguas, esas que no quieren desaparecer y nos recuerdan los años "dorados" de Santiago, cuando las damas vestían elegantes vestidos y los caballeros andaban con sus sombreros y relojes de bolsillo. Pasé por una lavanderia, una peluqueria y llegué finalmente a esa "Chocolatería" que todavía tiene ese toque de los años 20, con frascos y vitrinas llenas de chocolates, dulces y mazapán.
Me quedé un rato observando hasta que los vi, los famosos chocolates de leche y chocolate en rama. Recordé como mi Tata me tenía esos chocolates todos los sábados cuando ibamos a almorzar a su casa, nunca supe donde los compraba, pensé que era por San Diego, donde él trabajaba, pero no habían chocolaterias en ese sector solo unas cuantas botillerias y "puntos dulces" donde vendian chocolates de marca por mayor.
Entré a la tienda y pedi 100 gramos de cada uno. Los metieron en unas bolsitas blancas y el señor me sonríe, los pago y me voy. Me siento en una banca y los abro...ese sabor tan exquisito que sentí por tantos años y que por otros tantos había desaparecido. Hoy volví a reencontrarme con ellos y como nueva tradición por lo menos una vez por semana tengo que ir (o trato) y sentir el olor a chocolate. (Y comerlos, obviamente)

lunes, 16 de febrero de 2009



Y mirando el viejo anillo, mientras camino por Merced para sentarme un rato en el Forestal, me doy cuenta que jamás volverás...

(Ahora que lo pienso, quizás si dibujo unas alas, puede que te alcanze)


jueves, 5 de febrero de 2009

Y Ajam...


Prendo el último cigarro del día, mientras miro por mi balcón la ciudad llena de luces.
Pienso en el día, en lo que hice, hablé, pensé, etc. Repasemos:
En la mañana, providencia, de compras, unos pocos regaloneos. Volví a la casa, almorzé, fui a buscar a "la Blue", mi guitarra. Volví, revise unas cosas, dibujé, escribí, llegó mi mejor amiga que no había visto hace tiempo, hablamos, fuimos al super, tuvo un muy mal rato y la apoyé como siempre. Sonó mi celular, era de Tongoy, la pelea se hizo presente, quedé mas bajoniada. Me hundí en mis palabras, en mis dibujos y en mi guitarra, sonó de nuevo mi celular, era de Peñaflor, con un tono pesado, que después se convierte en tono de tranquilidad, me molesto, me da pena, me da rabia, le corto, vuelvo frente al notebook, me alcanzo a sentar 5 minutos, voy a mi pieza, saco la cajetilla, el encendedor, vuelvo al living, pongo música, abro el ventanal, salgo con el vestido rojo, enciendo el cigarro, empiezo a mirar, pienso, repaso, y dos lágrimas de sal, como la canción, recorren mi cara, agotada de todo, y sin ganas de nada.
Y si, a veces me dan ganas de mandar todo al carajo. Pero no puedo, mai gosh, simplemente no puedo...

miércoles, 4 de febrero de 2009

Altazor


“Andaba sola por Santiago Centro, para variar con cámara en mano, en esos barrios donde puedo ir mil veces en la semana, pero nunca me aburro de encontrar algo nuevo o maravillarme con algo viejo. Estaba simulando trabajar cuando en verdad vine a buscar un poquito de relajo, alejarme de lo cotidiano y, como dije allá arriba, buscar algo nuevo. Y lo encontré.
Vi esa librería por primera vez. Esperé unos minutos afuera, en la vitrina, mirando libros de literatura y cine. Decidí entrar porfin, el dueño, con sus veintitantos encima, lentes, con un aire a bohemio, me saluda con un “Buenas tardes”, le contesto y me hundo en esos miles de libros, usados, nuevos, para todos los gustos.
Llegue a la sección “Poesia” y me detuve harto rato, leyendo los titulos de los libros, cuando me re-encontré con Vicente Garcia Huidobro y su libro que perdí hace muchos años. Fue en Valparaíso, y lo lleve, pues siempre me gustó leer en un rinconcito de la casa, donde había una ventana que daba al mar. Juré haberlo metido en mi mochila, pero al llegar a Santiago, ya no estaba.
Lo tomé, lo miré, “Altazor” decía. Lo abri, vi la imagen del paracaídas que esta en la portada y lei un poco del prologo. “Y reveló que era un un ángel salvaje que cayó una mañana en su poema Altazor”.
No lo pensé dos veces, me diriji a la caja y lo compré. Di las gracias, me despedí , Sali de la librería y me fui caminando por Lastarria, con el libro entre mis brazos.
En el metro de vuelta a mi casa, me fui leyendo el libro. Fue volver a sentir esos ratos felices frente a la ventana en Valparaiso, hundiendome en las palabras de Huidobro, pero esta vez en Santiago y ahora si que no lo volveré a perder. Lo juro.”

lunes, 2 de febrero de 2009

Volver atrás


Recuerdo que miraba por la ventana como llovia, muy fuerte... No había casi nadie en la calle, y no me atreví mirarte a los ojos. Apenas tomé de mi capuccino, solo trataba de oir la música de fondo y como las gotas de lluvia golpeaban el suelo.

"Algo se detuvo en punto muerto Y fue tan grande ese silencio, fue tan grande el desamor Restos de un navío que encallaba Yo te quise, yo te amaba No se bien lo qué pasó..."

Dos minutos antes, duras palabras salieron de tu boca, y dos minutos después el mundo se me caía a pedasos. Traté de no llorar, quería que vieras que era fuerte, pero por dentro sentía una fuerte presión en mi pecho...
"Cuando los jazmines no perfuman Cuando sólo vemos bruma Cuando el cuento terminó..."

Sentía que me mirabas, siempre sabía cuando lo hacias. Pero yo no era capaz de hacerlo, no podía mirarte después de lo que nos habías dicho, era dificil...solo miraba como llovia.
"Todo nos parece intranscendente No es cuestión de edad o de suerte De esto se trata el amor Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad A toda velocidad ..."

Me tomaste de la mano... y me dijiste que todo estaría bien, que solo sería un viaje muy largo y que en algún momento, nos volveríamos a ver.
"Veo tus pupilas descubriendo algún Chagall En el invierno, creo del '83 Yo estoy a tu lado revolviendo, ordenando libros viejos que leí pero olvidé Besos de tu madre en el teléfono Y la lluvia es un espejo que me ayuda a verte bien Oigo tu sonrisa que ilumina el estudio y la cocina Entre las copas y el café..."

Te miré, y te respondí que lo sabía. Que siempre te iba a tener cerca, pese a todo...
"Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad A toda velocidad ... Sabe amargo el licor de las cosas queridas Se acabó lo mejor, ¿quién nos quita esta herida? Tu me pierdes a mí yo te doy por perdida..."

Nos levantamos, apenas probé mi capuccino... Fito terminaba su canción. Me tomaste de la mano, me abrazaste y me prometiste que todo estaba bien...todo iba a estar bien.
"Es la hora de huir, la despedida, La despedida ... Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad A toda velocidad."

Y todo esto pensé al volver, cuatro años después, a ese café.

miércoles, 28 de enero de 2009

Sorpresas


Y de la nada, gente que ya no está, te sorprende.
Es raro pensar que de la noche a la mañana, otra vez sientes que todo ha vuelto, tienes ganas de mirar a esa persona a los ojos, sentir sus abrazos, escuchar su voz, su risa. Simplemente volver a estar cerca y quizás decirle una vez más cuanto lo (o la) quisiste.

Tengo la sensación, al cerrar mis ojos, de volver a ese día lluvioso de julio, hace cuatro años, en ese café en la Plaza Mulato Gil, escuchar otra vez "La despedida" de fito paez de fondo y mirar fijamente la taza ya que no podía mirar a esa persona a los ojos.
Es volver una vez más, a esa fría sala de hospital y ver como doctores y enfermeras se paseaban por delante de Pepe, de mis amigos y de mi, sin decirnos nada.
Y recordar ese día en que te dije adiós, y nunca supe si me oíste.

Y de la nada, cuatro años después, vuelves a aparecer con una carta, que aunque ya no estés aquí, me haces sentir otra vez, cerca tuyo ...